Zapotillo, el tinaco de León
10 Diciembre 2010
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En dos años, toda el agua que usaremos en León, vendrá de la presa de El Zapotillo. En esa fecha, dejaremos de usar el agua de los pozos y tal vez hasta el agua de El Palote.
Nuestra agua llegará de Jalisco. Lavaremos la ropa con agua retenida sobre el Río Verde. Nos bañaremos con agua traída desde una presa ubicada a 140 kilómetros de distancia.
Aquí agotamos los mantos freáticos.
Angélica Casillas, directora de la Comisión Estatal del Agua, dice que desde 1941 un gobernante se dio cuenta que en León el agua se agotaría a finales del siglo y que era necesario trabajar en una fuente alterna de abasto. Pero nunca hicimos nada. Tal vez pensamos que era una visión catastrofista.
La realidad ya está aquí. Tenemos el problema encima: no hay agua para muchos años. Así que los gobernantes están construyendo la presa de El Zapotillo con una cortina de 105 metros de altura y un volumen de almacenamiento de 911 millones de metros cúbicos. Es un tinaco para León.
Es como si usted construyera un tinaco a cinco cuadras de distancia de su casa. Pero no hay de otra. Debemos traer el agua de lejos. Aquí ya no hay. Y se requiere una altura de bombeo de 500 metros y una inversión de 2 mil 194 millones de pesos para hacer la presa. Y hay que inundar tres pueblos enteros para construir nuestro tinaco. Y el acueducto requiere otra inversión millonaria (incluso con el 51 por ciento de capital privado). Sapal pagará una cantidad mensual para que nos traigan el líquido. Y todo por no cuidar el agua.
Lo más grave es que el agua de la mega presa que nos tardamos 20 años en aterrizar, sólo nos durará 25 años. ¿Y qué harán los leoneses que tengan que resolver el problema en el año 2037? Hay que empezar a trabajar ¿no creen? O les dejaremos el problema a los gobernantes del futuro.
Pablo César Carrillo / Milenio
http://impreso.milenio.com/node/8879184
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En dos años, toda el agua que usaremos en León, vendrá de la presa de El Zapotillo. En esa fecha, dejaremos de usar el agua de los pozos y tal vez hasta el agua de El Palote.
Nuestra agua llegará de Jalisco. Lavaremos la ropa con agua retenida sobre el Río Verde. Nos bañaremos con agua traída desde una presa ubicada a 140 kilómetros de distancia.
Aquí agotamos los mantos freáticos.
Angélica Casillas, directora de la Comisión Estatal del Agua, dice que desde 1941 un gobernante se dio cuenta que en León el agua se agotaría a finales del siglo y que era necesario trabajar en una fuente alterna de abasto. Pero nunca hicimos nada. Tal vez pensamos que era una visión catastrofista.
La realidad ya está aquí. Tenemos el problema encima: no hay agua para muchos años. Así que los gobernantes están construyendo la presa de El Zapotillo con una cortina de 105 metros de altura y un volumen de almacenamiento de 911 millones de metros cúbicos. Es un tinaco para León.
Es como si usted construyera un tinaco a cinco cuadras de distancia de su casa. Pero no hay de otra. Debemos traer el agua de lejos. Aquí ya no hay. Y se requiere una altura de bombeo de 500 metros y una inversión de 2 mil 194 millones de pesos para hacer la presa. Y hay que inundar tres pueblos enteros para construir nuestro tinaco. Y el acueducto requiere otra inversión millonaria (incluso con el 51 por ciento de capital privado). Sapal pagará una cantidad mensual para que nos traigan el líquido. Y todo por no cuidar el agua.
Lo más grave es que el agua de la mega presa que nos tardamos 20 años en aterrizar, sólo nos durará 25 años. ¿Y qué harán los leoneses que tengan que resolver el problema en el año 2037? Hay que empezar a trabajar ¿no creen? O les dejaremos el problema a los gobernantes del futuro.
Pablo César Carrillo / Milenio
http://impreso.milenio.com/node/8879184
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