Batallan indígenas
26 Enero 2011
Los más de seis mil indígenas asentados en León viven de la venta de artesanías y el comercio informal en las calles, a falta de oportunidades para laborar en fábricas.
Ni los operativos de la Dirección de Comercio ni el uso de la fuerza pública impiden que el matrimonio indígena asentado en León desde hace 20 años pero procedente de la Sierra de Oaxaca, ejerza el comercio como única actividad para subsistir.
Los mil pesos por concepto de pago de multa por “oponer, resistencia, insultar y agresión a la autoridad”, que el matrimonio pagó para quedar en libertad por ofrecer rosarios en la vía pública, es sólo un ejemplo de persecución en contra de los pueblos indígenas náhuatls, purépechas, otomíes, por citar algunas culturas que tienen presencia en la ciudad, refirió Ana Lilia Palomo, asesora de Identidad en Pueblos Indígenas a través de proyectos educativos de la Universidad Nacional Autónoma de México.
“Son políticas de seguridad que se diseñan sin análisis, entiendo que es una política municipal de seguridad, lo que está bastante bien; lo que no está nada bien es cuántas multas esperarán levantar entre los seis mil indígenas que tengo conocimiento están asentados allá y que se dedican al comercio informal en las calles”, dijo.
La socióloga destacó que en la industria curtidora de León, de existir políticas públicas, podría ser canal de inserción primero para que pueblos indígenas reciban capacitación, y posteriormente para que puedan competir por vacantes en fábricas.
Tras referirse al presunto caso de abuso de autoridad en contra de indígenas procedentes de la sierra de Oaxaca, advirtió que León no puede ser ajeno al desarrollo de políticas públicas a favor de los pueblos indígenas si busca ser una ciudad cosmopolita.
Redacción / a.m.
http://www.am.com.mx/Nota.aspx?ID=453452
Los más de seis mil indígenas asentados en León viven de la venta de artesanías y el comercio informal en las calles, a falta de oportunidades para laborar en fábricas.
Ni los operativos de la Dirección de Comercio ni el uso de la fuerza pública impiden que el matrimonio indígena asentado en León desde hace 20 años pero procedente de la Sierra de Oaxaca, ejerza el comercio como única actividad para subsistir.
Los mil pesos por concepto de pago de multa por “oponer, resistencia, insultar y agresión a la autoridad”, que el matrimonio pagó para quedar en libertad por ofrecer rosarios en la vía pública, es sólo un ejemplo de persecución en contra de los pueblos indígenas náhuatls, purépechas, otomíes, por citar algunas culturas que tienen presencia en la ciudad, refirió Ana Lilia Palomo, asesora de Identidad en Pueblos Indígenas a través de proyectos educativos de la Universidad Nacional Autónoma de México.
“Son políticas de seguridad que se diseñan sin análisis, entiendo que es una política municipal de seguridad, lo que está bastante bien; lo que no está nada bien es cuántas multas esperarán levantar entre los seis mil indígenas que tengo conocimiento están asentados allá y que se dedican al comercio informal en las calles”, dijo.
La socióloga destacó que en la industria curtidora de León, de existir políticas públicas, podría ser canal de inserción primero para que pueblos indígenas reciban capacitación, y posteriormente para que puedan competir por vacantes en fábricas.
Tras referirse al presunto caso de abuso de autoridad en contra de indígenas procedentes de la sierra de Oaxaca, advirtió que León no puede ser ajeno al desarrollo de políticas públicas a favor de los pueblos indígenas si busca ser una ciudad cosmopolita.
Redacción / a.m.
http://www.am.com.mx/Nota.aspx?ID=453452
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Consejo Indígena Municipal