7 Enero 2011
Congruente con su misión de formación integral, la Universidad Iberoamericana León abre al público espacios de reflexión, diálogo y discernimiento para impulsar la transformación de la sociedad en una más libre, justa y solidaria. Con este propósito, el pasado 8 de diciembre de 2010 se llevó a cabo el panel La Presa El Zapotillo, Derechos Humanos y Alternativas.
El panel propició un espacio de reflexión y análisis crítico sobre el proyecto de la presa, en el que quedó claro que esta obra hidráulica es violatoria de derechos humanos y no es viable ambiental, social, técnica y económicamente; requisitos, todos ellos, necesarios para considerarla sustentable. Considerando que la sustentabilidad constituye la relación intrínseca entre sociedad y naturaleza, donde pueblos, territorio, hábitat y ecosistema confluyen, es necesario, desde esta perspectiva, considerar los argumentos científicos, legales, culturales, religiosos, sociopolíticos, psicosociales, ambientales e históricos para la toma de decisiones y no únicamente los criterios economicistas de costo-beneficio a corto plazo.
En materia de derechos humanos, la insustentabilidad del proyecto de la presa tiene que ver, en primer lugar, con las consecuencias derivadas de las irregularidades que se han presentado en el ámbito normativo, cuyo más claro ejemplo es el haber pasado por alto lo establecido en el convenio de aprovechamiento de Río Verde, firmado por los gobiernos de Jalisco y Guanajuato a través de Conagua en mayo de 1997. Este convenio es el antecedente directo de la presa y en él se establece que los ríos pueden ser aprovechados, siempre y cuando no se violen derechos de terceros. Hoy la realidad dicta que tres pueblos, con catorce siglos de historia documentada, pretenden ser inundados. No es posible hacer aquí un listado exhaustivo de todos los derechos violados a los y las habitantes de Temacapulín, Acasico y Palmarejo, pero cabe mencionar que han visto vulnerado su derecho a la consulta y a la información, pues un proyecto como éste tiene que contar con su anuencia para poder ser llevado a cabo. Ni siquiera han encontrado canales de interlocución directa con los gobiernos competentes que permitan exponer su postura, sino que, por el contrario, han recibido amenazas, hostigamiento e intimidación.
Desde una perspectiva ambiental, el caso de León tiene algunas particularidades que conviene mencionar. Para el Dr. Adrián Ortega, panelista invitado, los ciudadanos de León no serán quienes verán los “beneficios” de la presa sino la agroindustria de exportación. En segundo lugar, la presa es un proyecto a corto plazo, apenas a 25 años, y la crisis a la que se enfrenta el acuífero de León data de más tiempo: las vedas de perforación de pozos establecidas desde hace décadas no han sido respetadas, estamos extrayendo agua del subsuelo sin posibilidad de recarga, lo cual implica utilizar agua que data de miles de años, según han arrojado estudios científicos.
Estas situaciones hacen necesario explorar, discutir y retomar las alternativas reales y existentes al proyecto de la presa que sí abren vetas de sustentabilidad, a largo plazo, que permiten la recarga del acuífero local y no afectan a terceros. En este sentido, conviene evaluar la posibilidad de la captación de agua de lluvia, el tratamiento de aguas, la reparación de tuberías (un gran porcentaje del agua de uso doméstico se queda en las fugas), la innovación en sistemas de riego para la agricultura y el apego a la legalidad en la concesión de los pozos de agua subterránea.
Aún no es tarde para el diálogo, aún no es tarde para considerar las alternativas.
Académico de la UIA / a.m.
http://www.am.com.mx/Columna.aspx?ID=11478