Niños de Temaca se unen a la lucha por su pueblo
2 Abril 2011
Los niños de Temaca se plantaron frente a los funcionarios de la Secretaría de Gobernación para exigir que la presa del Zapotillo no inunde su pueblo.
Cerca de una hora y media, los pequeños lanzaron consignas contra la construcción del embalse, para pedir que se respetaran sus raíces y la historia que dejarán de escribir si desaparece su comunidad.
Los niños, escribieron sus pancartas de colores y ayudados por su maestra pidieron a las autoridades cambiar de estrategia para enviar agua al estado de Guanajuato y a diferentes regiones de Jalisco.
“La voz de los niños también es importante, si no es que es la más importante porque ellos son los que se van a perder de crecer aquí en Temaca, de conocer su historia y el placer de vivir en un lugar que tiene cientos de años de antigüedad”, señaló la maestra de la comunidad.
Añadió que hay casas que tienen 250 años, el mismo tiempo que la iglesia, es decir existen desde que se asentó el pueblo.
“Cómo creen que nos vamos a querer ir si aquí esta nuestra vida, de casas que son viejísimas y que vivieron nuestros antepasados a las “pajareras” esas que nos quieren dar, que sean coherentes ¿quién se va a querer ir para allá?”, dijo.
Pero la voz de los niños es más directa, no se van a ir porque quieren crecer donde sus padres y tener una historia que platicar para sus hijos.
“La mía (pancarta) dice que yo como niño de Temaca, no me quiero reubicar porque de aquí es mi familia y aquí quiero crecer como mis abuelitos, no nos vamos a ir aunque nos llenen de agua”, comentó Benjamín de 9 años.
De la misma forma, Clarita lamentó que su casa podría quedar bajo el agua. Con las rodillas raspadas y las manos sucias de estar jugando en el suelo mientras termina la reunión de los afectados con Segob, negó que le dé emoción cambiarse de casa.
“Aquí está bonito y seguro, ya conocemos las calles, el pueblito, y si nos inundan, hasta sin escuela nos vamos a quedar; yo no me quiero ir, ni quiero hacer una nueva ciudad como nos han dicho”, aclaró.
Después de varias horas de sol, los pequeños se fueron a casa con la esperanza de que sus consignas sirvieran para “tentar el corazón” de las autoridades.
Pedro Domínguez / Milenio
http://impreso.milenio.com/node/8936989
Los niños de Temaca se plantaron frente a los funcionarios de la Secretaría de Gobernación para exigir que la presa del Zapotillo no inunde su pueblo.
Cerca de una hora y media, los pequeños lanzaron consignas contra la construcción del embalse, para pedir que se respetaran sus raíces y la historia que dejarán de escribir si desaparece su comunidad.
Los niños, escribieron sus pancartas de colores y ayudados por su maestra pidieron a las autoridades cambiar de estrategia para enviar agua al estado de Guanajuato y a diferentes regiones de Jalisco.
“La voz de los niños también es importante, si no es que es la más importante porque ellos son los que se van a perder de crecer aquí en Temaca, de conocer su historia y el placer de vivir en un lugar que tiene cientos de años de antigüedad”, señaló la maestra de la comunidad.
Añadió que hay casas que tienen 250 años, el mismo tiempo que la iglesia, es decir existen desde que se asentó el pueblo.
“Cómo creen que nos vamos a querer ir si aquí esta nuestra vida, de casas que son viejísimas y que vivieron nuestros antepasados a las “pajareras” esas que nos quieren dar, que sean coherentes ¿quién se va a querer ir para allá?”, dijo.
Pero la voz de los niños es más directa, no se van a ir porque quieren crecer donde sus padres y tener una historia que platicar para sus hijos.
“La mía (pancarta) dice que yo como niño de Temaca, no me quiero reubicar porque de aquí es mi familia y aquí quiero crecer como mis abuelitos, no nos vamos a ir aunque nos llenen de agua”, comentó Benjamín de 9 años.
De la misma forma, Clarita lamentó que su casa podría quedar bajo el agua. Con las rodillas raspadas y las manos sucias de estar jugando en el suelo mientras termina la reunión de los afectados con Segob, negó que le dé emoción cambiarse de casa.
“Aquí está bonito y seguro, ya conocemos las calles, el pueblito, y si nos inundan, hasta sin escuela nos vamos a quedar; yo no me quiero ir, ni quiero hacer una nueva ciudad como nos han dicho”, aclaró.
Después de varias horas de sol, los pequeños se fueron a casa con la esperanza de que sus consignas sirvieran para “tentar el corazón” de las autoridades.
Pedro Domínguez / Milenio
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