1 Julio 2011
En León se corre el riesgo de que colapsen los mantos acuíferos por las sobreexplotación que se les ha dado en el último siglo, dijo el director de SAPAL, Emiliano Rodríguez Briceño.
El funcionario destacó que hay una preocupante explotación de los mantos acuíferos en León, la cuenca del Turbio y la cuenca de Romita y Silao.
Pero no sólo es por los pozos de SAPAL, es también la gran cantidad de pozos agrícolas, muchos de ellos irregulares desde donde se extrae agua en forma irracional.
Rodríguez Briceño informó que estos acuíferos se han formado a lo largo de miles de años y nos los estamos acabando.
“Podríamos decir que el agua que estamos extrayendo es agua fosilizada. Agua que está entre las capas de la tierra desde hace miles de años y que es necesario cuidar. La situación es grave”, destacó.
Por ello que se ha estado monitoreando desde hace 20 años cada uno de los pozos de donde se extrae agua para León. Se tiene un historial de sus niveles para graduar y ver cuánto rinde cada pozo”, explicó.
El funcionario manifestó que cada año se tiene que extraer el agua a mayor profundidad.
“Eso quiere decir que nos estamos acabando el agua de los mantos acuíferos. Los mantos freáticos del Bajío son muy viejos, agua acumulada de miles de años.
Conforme se baja a más profundidad estamos llegando a mantos de agua fósil, y no se repone con dejar de perforar o de extraer agua en dos o tres años; lo que se tiene que hacer es explotarlos racionalmente”, añadió.
Destacó que si cada año bajan los niveles hasta dos metros, es un grave indicador de que hay una sobreexplotación.
“A más profundidad se extrae agua más contaminada con flúor, arsénico, agua más dura, con metales. Ya han aparecido pozos con arsénico como ocurrió en un pozo que se localiza en Purísima y es un indicador que se debe dejar de explotar”, indicó Rodríguez Briceño.
Y dijo que al acuífero de León se le debe dejar de explotar por lo menos la mitad de lo que se está haciendo hoy en día.
“No da más, porque si seguimos explotando de esa forma vamos a llegar al punto que el acuífero se truene”.
Dijo que el 80% del agua que se extrae de los mantos es para riego agrícola y para uso urbano un 20%.
El funcionario manifestó que los acuíferos de León se recargan con escurrimientos que bajan desde la Sierra de Lobos.
Señaló que si bien es cierto que en 1919 existían pozos artesianos en plena Zona Peatonal, a flor de tierra, es porque se tenía en León una gran cantidad de humedales, pero ahora se extrae hasta 500 metros de profundidad.
“Eso indica que nos estamos chupando el agua. Se pueden colapsar los acuíferos de León y quedarnos sin agua; hay acuíferos en el País que se han colapsado.
“El colapso de un acuífero es irremediable. Cuando se truena ya no hay manera de recuperarlo”, apuntó.
Sí hay forma de determinar la gravedad mediante estudios que se hacen en los pozos, donde se determina el material que hay en cada uno de ellos y el fondo.
Gracias la lluvia se tiene una recarga de acuíferos de 264 millones de metros cúbicos anuales y se extraen 312 millones, es decir hay un déficit de 48 millones.
José Trinidad Méndez / a.m.
http://www.am.com.mx/nota.aspx?id=485736